Todos somos unfollowers de alguien
Siempre hay alguien para el que no somos suficientemente ingeniosos,
divertidos, oportunos, inteligentes o afines.
Siempre hay alguien que es demasiado aburrido, triste, intolerante,
absurdo o rebuscado.
En Twitter no hay amigos: hay followers. Follower es aquella persona
que a veces no sabes quién es, que se esconde detrás de una foto ajena y con un
nombre normalmente diferente al suyo. Follower es aquella persona que lee tus
tweets a las tres de la mañana, en el metro, en la sala de espera del
oftalmólogo o en clase.
En Twitter se archiva hasta el color de jersey de la profesora de
inglés; las veces que un profesor dice una muletilla; las jugadas más
interesantes de los partidos de fútbol; las últimas novedades en política;
noticias de música, arte y cultura; sentimientos, y vidas.
En Twitter te documentas a tiempo real de lo que está pasando; de lo que
la gente opina; de cómo se cuecen las cosas.
Es genial cuando descubres que uno de tus followers ha tenido el
maravilloso detalle de añadir un @ delante de tu nombre de usuario.
Es genial cuando descubre que esa chorrada que se te ocurrió mientras
esperabas al bus está siendo leída por gente que se aburre tanto o más que tú.
Lo bueno de Twitter es que la
gente no sabe quién eres. Lo bueno del mundo real es que la gente no sabe quién
eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario